Nada en el mundo nos pone tan cachondos como un ranking, y por ello analizamos nuestra vida a través de ellos. Las cosas cuanto más simplificadas mejor. Ranking de cortes de pelo, ranking de a qué amigos mataríamos primero, ranking de aplicaciones de facebook, ranking de horas del día, ranking de personajes de Buffy… todo es clasificable y todo es destruíble (¿esa palabra existe?). Por eso era cuestión de tiempo que como inicio de los festejos de fin de año conmemoremos un 2009 que no ha sido tan espantoso como puede parecer, pues nos ha dado TEMAZOS más grandes que la vida que si bien habremos olvidado la semana que viene lo han sido todo para nosotros durante los últimos doce meses.
He aquí las 10 mejores canciones de 2009 según Ves como eres una zorra (y según vosotros también, no lo neguéis). Estad atentos a los próximos días, porque sacrificaremos nuestra nueva tendencia de actualizar una vez al mes para proponer todo tipo de conmemoraciones inútiles para fin de año. Incluso celebraremos los Zorra awards aún estando borrachos de la nochevieja. Claro que no hay otro modo de hacerlo.
Singles, hits, guilty pleasures y sobre todo POP, que de eso se trata.
10. Party in the USA, de Miley Cyrus
Vale, sí, empezamos humillándonos públicamente. Puede que la canción sea literalmente una mierda. Pero tiene algo muy bueno, que aún no sabemos lo que es, para habernos conquistado a pesar de horrorizarnos inicialmente. Todos hemos movido la cabeza y/o la pelvis a su ritmo, porque Party in the USA cumple todas las reglas que el pop más matemático ha de seguir: letra apta para retrasados, instrucciones sobre qué hacer al escucharla, menciones a otras estrellas del pop, banderas de Estados Unidos y una actuación que la eleve a cotas de denigración aún no exploradas. Que una adolescente pueda salir de una caravana (donde está claro que vive) y convertirse en stripper y que todo el mundo lo jalee resume muy bien lo bajo que ha caído la industria musical. Bajísimo, sí, pero es lo que hay, así que VIVA MILEY. Solo ella es capaz de confesar que jamás ha escuchado a Jay Z a pesar de citarle en su canción. Y encima rellena una linea entera del estribillo diciendo «yeah». Magistral.
9. Rain, de Mika
Vaya por delante que Mika es demasiado 2007 como para prestarle atención. Cada vez parece estar más hasta arriba de todas las drogas que existen y su falsete da grima total. Pero en ese disco tan predecible y olvidable hay una joya dance que ha perdurado en nuestra memoria hasta hoy. Rain es una canción pop producida con toda la clase que la electrónica es capaz de conseguir. Repite tanto la palabra «rain» que se pega como un chicle, de esos que aunque se queden sin sabor no escupes hasta que no te ofrecen algo mejor. Este año ha habido 8 canciones mejores, pero Rain merece una última mención casi póstuma, antes de enterrar a Mika en el fango del que solo debió salir para darle Grace Kelly a Katy Perry. Nos apuntamos su filosofia de adolescente emo (cuando llueve llueve, y te jodes) y pasamos a otra cosa.
8. Russian roulette, de Rihanna
Qué difícil es seguir a Rihanna. Pocas despiertan tanto rechazo como ella, y a la vez tantas ganas locas de verla denigrarse una y otra vez. Es un poco como ver a tu hermana pequeña ponere faldas más y más cortas cada día y pasar de cortarse las uñas durante meses. Te espanta, pero no puedes evitar que sea tu mayor entretenimiento diario. Ante la posibilidad de hacer un disco facilón que nos volviera a todos locos (Mo-mo-mo-monster), Rihanna cogió el camino de rebelde absurda, de estética feísta y actitud pseudodelicuente. Si bien todo provoca un poco de vergüenza ajena e inquietud emocional, por el camino nos hemos topado con Rated R, un disco complejo, elaborado y con un puñado de canciones tremendas interpretadas con la habitual desgana y falta de talento de la tipeja. Russian roulette es una canción con historia, con intenciones y con un rollo súper intenso al que nadie se debería resistir. El puente y el estribillo final recuerdan a las mejores powerballad de los 90, y la tragedia se vuelve tan excesiva que hasta nos da pena Rihanna. Misión cumplida.
7. 3 words, de Cheryl Cole
Ecuación infalible: canción plana, vocalistan sin talento, producción minimalista pero video espectacular. Los 4 minutos y medio que dura el video representan un fantástico ejemplo de la enorme manipulación que sufrimos al ver un videoclip (now put your hands up!), pues es es asombrosa la facilidad con la que puede cambiar nuestra opinión sobre una canción. Claro que no siempre es para bien, así que no seremos nosotros quienes acusemos a Cheryl de trapera por haber disfrazado una canción simplemente buena para convertirla en un temazo a golpe de ventilador, baldosas y trucos de montaje. 3 words es una bonita y atípica declaración de amor, la del día después, la de ponerte a hablar de tu novio con cualquier desconocido. En la vida real eso es de estar loca, pero en el mundo del pop es una pocholada total.
6. Empire state of mind, de Jay Z feat una negra
Una de las canciones del año, que apesta a clásico y eso que es rap (vivir para ver). Claro que Jay Z no es un rapero cualquiera: no solo mantiene la parte de mujer de Sasha bien recontenta sino que además utiliza instrumentos de verdad en sus canciones. Así que un respeto. Empire state of mind tiene la actitud grandilocuente de las pequeñas cosas (en este momento empieza a sonar de fondo A thousand miles de Vanessa Carlton), y tiene un rollo optimista total, que da ganas de dejar el caprabo y estudiar una carrera para ser alguien. Normalmente si una canción te hace replantearte tu vida hay que mandarla a la papelera, porque lo que queremos es que nos entretengan mientras nos emborrachamos, pero estamos en navidad y a veces es bonito que te cuenten cosas en las canciones. Gracias Jay Z (¿tu madre te puso ese nombre al nacer?), pero que no se vuelva a repetir. Sigue hablando de oro y delincuencia.
5. T.O.N.Y., de Solange
La nochebuena en casa de la familia Knowles debió ser una juerga celebrado lo presentes que están en este top. Ser hermana de Beyoncé debe ser una putada enorme, porque como todos sabemos Beyoncé es el ser humano más poderoso del planeta (no nos engañemos, fue ella quien eligió a Obama) y todo lo hace bien. La respuesta de Solange ha sido todo un acierto: hacer una música neo-soul cargada de clase y buen gusto, ese que su hermana no huele desde que descubrió los pantalones de leopardo. T.O.N.Y. es un temazo al que nadie ha prestado atención, pero eso solo dignifica la carrera de Solange, porque ella no vive obsesionada por ser #1 en todas las listas del mundo, y porque ella canta sobre como un tipejo la dejó embarazada después de un mal polvo. Debiste saber que el truco de hacerlo de pie y dar saltitos después no te libra de quedarte preñada, encanto. Pero bueno, la canción es un temazo así que vivan los embarazos no deseados (woma-woma-womanizer). Casualmente Solange tiene 14 años más que su hijo (echad cuentas), así que mover el cuello y el culazo mientras hablas de tu propia desgracia la convierten en una de las artistas del año. Venga, vamos a seguir su carrera con atención que aquí hay material.
4. Million dollar bill, de Whitney Houston
Pero qué buena es esta canción. La cantante más vieja de la lista (no, Celebration no es el #1) merece esta mención por haber grabado una de las canciones más pegadizas, elegantonas y contagiosas del año. Million dollar bill tiene lugar en una discoteca (o tratándose de Whitney, en la trastienda de una licorería), por lo que ya estamos vendidos de antemano. Hay que levantar las manos y decir oh-oh, dar palmas y todo sin quitarse la ropa necesariamente, porque la de Whitney es una música que no entiende de raperos ni autotunes. Un fantástico disco y un espectacular single comeback son motivo más que suficiente para alegrarnos de que Whitney sigue con un contrato que le obliga a ganas de cantar y darlo todo. Que a nadie le importe que se haya lanzado este disco es otro tema, porque como bien dijo nuestro amigo Kanye la industria musical es una racista de mierda.
3. Bad romance, de Lady Gaga
La estrella del año, sin lugar a dudas. Que una pardilla de instituto pueda siquiera aspirar al trono de reina del pop es algo maravilloso (así que no desadmitáis a vuestros contactos más feos aún, que nunca se sabe). Paparazzi bien podría estar en esta lista, pero Bad romance representa mucho mejor el fenómeno Gaga: lujo, exceso, martilleo, eurovisión y enfermedades venéreas. La primera vez que la escuchas te encanta, luego ves el video y te echas a llorar, pero encima cada actuación que ha hecho ha superado a toda la horda de payasas con ínfulas que se creen que toqueteándose las tetas ya son estrellas del pop. Lady Gaga va más allá, porque ella misma no se pone límites. Lo quiere todo y nosotros lo queremos todo de ella. Cuando aún estábamos en éxtasis gracias a The fame (sí, nosotros también somos de los que la odiaron al principio, porque ella es un artista incomprendido como Van Gogh), la muy cabrona va y lanza Monster, un discazo increíble en el que Bad romance es tan solo una canción más, porque está plagado de HITS en potencia. Menudo año nos espera.
Te queremos, Stephanie.
2. Halo, de Beyoncé
Si esta canción está tan alto es no solo porque es absolutamente increíble, sino porque Sweet dreams o Ego merecen tanto estar en este ranking. De entre los 76 singles lanzados de I am… Sasha Fierce, Halo es el más espectacular, porque ya creíamos haber perdido para siempre las baladas inolvidables de ayer, hoy y siempre y de repente llegó ella. Beyoncé, la mujer con más capacidad para hacernos felices y para seguir enganchándonos a muerte aunque estemos hasta el moño de ella. Nos da igual que sea una mafiosa, que esté obsesionada por triunfar, que utilice las peores artimañas para conseguirlo, que se acredite como compositora cuando no ha visto un pentagrama en su vida y que saque un single cada dos semanas. Beyoncé es dios, no hay nadie como ella y Halo es una de las canciones que más ganas nos han dado de grabar un videoclip en nuestra vida. Empieza con un piano y acaba a gritos. No hay nada mejor que eso en el mundo entero. Punto.
1. I gotta feeling, de Black Eyed Peas
Cualquier canción de la lista podría ser #1 (bueno, en realidad solo las tres primeras), pero I gotta feeling es la elegida porque ha conseguido fliparnos a pesar de que odiamos a Black Eyed Peas (como todo el mundo), y sobre todo porque no es solo una canción. I gotta feeling ha dado lugar a parodias, a proyectos de final de carrera, a coreografías, a que todo el mundo sea feliz y especialmente a que las discotecas de todo el mundo se vuelvan absolutamente locas durante el subidón final. Hacía años que no sucedía algo así y no sabemos (ni nos importa) el secreto para que esta y no otra sea la canción del año, la que haya levantado a todo el mundo y le haya hecho saltar como si no hubiera un mañana. Su calidad musical es irrelevante (es una canción que nunca empieza en realidad), lo que la hace increíble es que durante 5 minutos no pensemos en nada aparte de bailar y levantar los brazos. Es-pec-ta-cu-lar.